jueves, 3 de febrero de 2011

Abandono

Si sólo existiera un ser que cobijara mi alma,
hasta arrancar de ella el vacío y abandono,
hasta eliminar aquella soledad que sabe mal,
hasta sentir que existo hoy y no mañana,
si pudiera desdoblarme y consolarme,
si me enamorará de mi misma,
para hacerme compañía,
si el tormento al fin desapareciera,
si sólo fueras tú un ser temerario,
si rompieras las solemnidades,
y te entregaras en lo más sencillo,
si pudiese descansar para siempre,
en los brazos y el calor de otro mundo,
si el corazón se detuviera en este instante,
se nublaría para siempre mi mirada,
dejando atrás el salado de las lágrimas,
olvidando las distancias y desprecios,
recordando mis juegos de infancia,
escuchando mi sonrisa del pasado,
observando las imágenes de mi niñez,
jugando a tener lo que nunca tuve,
si sólo pudiera dormir sin repudiarme,
si conociera otro modo de sufrir sin agobiarme,
si perdiera el pensamiento ahora mismo,
olvidando lo que quise ser y nunca fui,
sólo un ser amado y respetado,
ahora sólo puedo despedirme de este mundo,
recordando que tal vez amé y no me amaron,
sigo confiando en esa fuerza contenedora,
que vendrá a buscarme algún día,
tal vez esta noche o la próxima,
regalándome una paz que no merezco,
porque al final nunca amé como esperaban,
desdibuja mi rostro en este instante,
y entrégame mi eterna morada.
Muero en respuesta a tu olvido,
muero si no quieres rescatarme,
muero sin consuelo, ni alivio,
muero, porque ya no existo para nadie.
Deja que se vaya este cuerpo,
nunca perteneció a este espacio,
sólo quedan los recuerdos de una voz,
una voz que se apagó sin ser oída,
una voz que quería ser un canto,
pero jamás expresó una melodía,
nada más podía unir palabras,
armando historias sin finales,
esperando una tierna mirada,
que le brindara paz eterna,
se fugaron todas sus palabras,
ya no queda ni su alma,
no busques más en este mundo,
su voz se ha ido para siempre,
a contar historias a otro sitio,
donde espera ser escuchada,
quizás encuentre un fin para los cuentos,
con los que quiso armar su vida y nunca pudo,
esperemos que hoy pueda terminarlos,
desata ya el ancla y vete lejos,
tal vez sea tu propio reflejo ,
el que cure tu alma magullada.