miércoles, 30 de noviembre de 2011

Carta a mi hermano.

Querido hermanito:


Hoy se cumplen 6 meses de tu partida de este mundo, pero yo hace 14 meses que no te veo. ¿Sabes? Hoy te comprendo más que nunca, me siento tan sola y triste. Es muy fuerte darse cuenta que entre más años pasan menos huellas dejas en este mundo. Tú le hacías falta a tus hijos y a nuestra madre, yo en cambio a nadie, si yo hubiese partido, el vacío no sería tan grande como el que tu dejaste. Aquí estoy llorándote una vez más, quizás nunca imaginaste y yo tampoco que me harías tanta falta, es tan difícil pensarte y no llorarte, hay veces en que tu voz y tu imagen se vuelven borrosas, pero el amor por ti cada día crece más.

Hermanito desearía tanto saber que estás bien, que al fin descansas de todo lo que te atormentaba, hoy podría contarte que si no te resultaron las cosas en el amor no fue tu culpa, me he enterado de tantas cosas que te dañaron y yo no hice nada por ayudarte. No sé qué pasa con nosotros que no pudimos encontrar el amor, quizás sea nuestra educación y esa torpeza enorme de creer que el amor es para siempre, sé que nada dura para siempre, pero inherentemente tenemos arraigado en nuestro subconsciente que nos debemos a alguien, pero eso no es así, en esta época a quién le importa la fidelidad, a quién le importa que no tengas vicios. Siento que de nada vale todo lo que nos enseñaron, pero aquí estamos y hay que seguir, tú no pudiste, yo no sé hasta donde pueda,

¿Te diste cuenta cuánto te queremos? ¿Te diste cuenta que a pesar de todo nos sentíamos orgullosas de ti? Tengo tantas preguntas que hacerte. ¿Por qué no me esperaste? Desearía tanto abrazarte y decirte lo mucho que te quiero, decirte que fuiste el pilar de nuestra familia mientras crecíamos, decirte que nunca fuiste un don nadie para mí, decirte que crecí admirándote por tu valentía. Muchas personas hubiesen querido un hermano como tú, gracias por habernos dejado estar a tu lado y enseñarnos que es un verdadero hermano.

La vida sigue sin ti y, es muy difícil, no es fácil ver a nuestra madre consumirse día a día en su pena, tú eras su todo y ya no estás, sabes que nadie podrá ocupar tu lugar, hay tantas cosas que no entiendo y jamás entenderé, te fuiste y no me pude despedir, fue mi causa que te quedaras solo, la pena y la culpa se hacen presente cada día, siento que debo hacer algo y no sé lo qué es.

¿Dónde está tu risa? ¿Con quién se fugó? Desperdiciamos tanto tiempo creyendo que nunca nos faltarías, pero aquí estamos sin saber dónde buscarte, sin saber cómo sobrellevar esta pena que nos consume y nos amarga cada día, pero sabes hermanito ya no le temo a la muerte, porque sé que estés donde estés nos seguirás cuidando igual como lo hacías cuando tenía 5 años y me tomabas la manito. Aún recuerdo que muchas de las actitudes que hasta hoy conservo son gracias a ti que me celebrabas todo ¿Recuerda cuando hacíamos ejercicios y yo era tu mascota? ¿Recuerdas cuando me regalaron ese pijama que parecía de Pequitas? ¿Recuerdas cuando aprendí a andar en bicicleta y te mostraba que podía levantar una rueda? ¿Recuerdas cuando me cambiaste de ropa para poder volver a la escuela? ¿Recuerdas cuando jugábamos a las escondidas y tú siempre tenías los mejores escondites? ¿Recuerdas cuando me dijiste que me amabas a pesar de todo y que no te importaba cómo o qué fuera? Ahora sólo me quedan tus recuerdos, esos que hicieron de mi vida lo que es hoy, compartimos tantas risas y sabes también compartimos tantas penas, yo al igual que tú ya no sé qué hacer con mi vida. Tengo tantas ganas de abrazarte y no soltarte jamás, ganas de decirte TE AMO y no sé cómo continuar, no tengo forma ni ganas, sigo instintivamente albergando en mi corazón la esperanza de un día volver a verte. Si la muerte me envuelve, sé que estarás esperándome para protegerme como lo hiciste en mi niñez.

Hermanito TE AMO, cuídate y cuida a nuestra madre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario