martes, 27 de noviembre de 2012

Creé nada...

Intenté crear el cuento de hadas más lindo que existiera, pero sólo he creado surcos en mis mejillas, ojeras bajo mis ojos y un dolor en el pecho que no me deja respirar. Muchas veces digo, no lo merezco, tal vez algún día suceda que las palabras dejen de ser palabras y se conviertan en acciones. Me rehúso a aceptar que merezco llorar cada noche sin saber cuándo acabará, me rehúso a merecer sólo lágrimas y no amor.
No puedo culpar a Dios de lo que me pasa, pero me pregunto ¿Por qué aún sigo acá? ¿Por qué se fueron aquellos que si se echan de menos? Debo tomar lo que tengo y seguir, seguir hacia no sé dónde, caminar sin dirección, sólo caminar, tengo mi vida y nada más...
Creo merecer poder dormir tranquila cada noche, merecer abrazos y caricias infinitas. No tengo noches serenas, ni abrazos, ni caricias. ¿Se puede ser tan poca cosa para no merecer nada?, ¿Se puede existir sin ser vista?
Finalmente la respuesta a todas mis preguntas es: No merezco nada, no sé el por qué, sólo sé que cada día me voy consumiendo en mi soledad y mi tristeza, nadie podrá salvarme y a mí ya no me quedan fuerzas.
Creo que la muerte me sorprenderá despierta, hace mucho tiempo que no duermo, la miraré fijamente cuando me toque, no preguntaré nada, sólo asentiré su actuar, de mis labios se agotaron las palabras, mi corazón sigue latiendo, pero no logra ni siquiera odiar al menos para sentir que aún vive, partiré en un amanecer cuando de mi último suspiro, cuando todos duerman como cada noche, me ahogaré entre lágrimas   y mi respiración se detendrá, me iré lejos donde el llanto no me pueda alcanzar, donde una brisa logre dibujar una sonrisa en mi rostro putrefacto y una fuerza desconocida se apoderará de mis manos para arrancar de mi pecho esa estaca que cada día, cada noche, cada instante me vuelve el pecho chiquito chiquito y no me deja respirar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario