sábado, 6 de diciembre de 2014

Sólo soy un alma depresiva que vaga sin saber a donde ir, mientras mi cuerpo se ha quedado inmóvil desgastándose, atrofiándose, pero ya no hay nada que hacer. Aquí estoy esperando tu abrazo, ese que logre secar cada una de mis lágrimas, pero no existes, ni siquiera en mis sueños. Quisiera arrancar mi piel, desgarrarla, hasta encontrar ese dolor, arrancarlo  y arrojarlo lejos.
Quisiera poder respirar sin que la pena me apretara el cuello que me impide hasta tragar, quisiera que mi vida acabara en un suspiro y no volver a despertar.
Si alguien supiera lo que me duele respirar día a día, apretaría el gatillo y acabaría con esta agonía. La indiferencia hiere, hace que tu ojos sólo reflejen  tristezas. Todo duele, duele una pena, duele una sonrisa, duelen las partidas, duele vivir. Trato de mantenerme a flote, pero me hundo y me hunden. Finalmente nada soy, nada fui y nada seré.