lunes, 11 de enero de 2016

Existen las ninfas?

Huyendo de sus miedos se internó en el bosque, después de mucho correr y exhausta comenzó a caminar, su mente en blanco y temerosa no le permitía  ver a su alrededor, su desespero no le dejó ver los hermosos paisajes que atravesaba, el silencio era su meta, pero cada vez se acentuaban más los cantos de las aves y el correr del agua. El sonido del agua le permitió esbozar una pequeña sonrisa en su rostro, aquella hermosa sonrisa que había olvidado detrás de la cortina de lágrimas en la que había vivido este último tiempo. El agua seguía corriendo y su oído se agudizaba poco a poco, necesitaba llegar hasta su fuente.
Mientras avanzaba recordó que nunca había abrazado un árbol, entonces sin pensarlo lo hizo, cerró sus ojos y agradeció en ese profundo, nuevo y único abrazo a todos los árboles del mundo por permitirnos vivir. Vio ardillas, conejos, insectos, mariposas, hermosas mariposas que revoloteaban en su cabeza, vio colores y formas que jamás imaginó y a medida que avanzaba el agua tenía más fuerza, siguió lentamente el sonido y paf, frente a sus ojos la cascada más linda que había visto, aunque debe confesar que era la primera vez en su vida que veía una cascada.
Sentada sobre una roca con las piernas cruzadas, se preguntó ¿Por qué siempre se ha sentado de la misma manera? no tuvo respuesta. Respira, bota ... era el lugar ideal para meditar, mientras lo intentaba, porque nunca le resultaba, escuchó unos sollozos que la asustaron y le hicieron desistir de su nuevo intento de meditación. Abrió los ojos, su cabeza a un lado y al otro, arriba y abajo, nada, absolutamente, nada. Volvió a intentarlo, respira, bota... sollozos. Levantó la cabeza, abrió los ojos y ... nada.
A esa hora el calor comenzaba a picar, agua cristalina, se podía ver el fondo, obviamente se desvistió y al agua, nadó hasta el velo que permitía la formación de un hermoso arcoiris y de nuevo el sollozo, pero esta vez estaba cerca, sin pensarlo cruzó el velo y sentada de espaldas una mujer morena, cabello negro, vestida de blanco, de inmediato pensó en las ninfas de los bosques, pero las ninfas no lloran se dijo. Entonces ¿quién era aquella mujer que seguía sollozando y aún no se percataba de su presencia? la observó durante un instante y un estornudo hizo voltear a la mujer.
Sorprendida por aquellos ojos oscuros y profundos, una cara armoniosa, pensó es muy linda y mientras pensaba sus miradas se cruzaron y sus sonrisas se reflejaron la una en la otra. Se saludaron eran acentos diferentes, distintos, cercanos, cálidos, desconocidos, familiares una mezcla de todo. ¿Nos conocemos? Era imposible, pero la comunicación era sincera y fluida, se contaron sus penas. Almas acompañadas, pero que se sentían solas, invisibilizadas, por distintas razones se habían olvidado de ellas, pero que en este encuentro se hacían visibles al verse una reflejada en la otra. Sin proponérselo comenzaron a acompañarse, a caminar juntas en las penas, luego en las alegrías, tenían las mismas vibraciones, sueños similares, intereses parecidos.
Físicamente no se eran indiferentes, pero cada una tras de sí tenía una historia que les acompañaba y de la cual eran parte, pudieron haberse entregado al deseo, al momento, porque la soledad y la tristeza a veces te lanzan a los brazos de alguien para que te abrace y te haga olvidar los miedos... pero eran diferentes, aunque compartían las mismas vibraciones, eran de mundos distintos.
Si la mujer morena dejaba su mundo se marchitaría, como las ninfas cuando cortan su árbol.
Ahora ambas caminan solas, a veces alguien las acompaña, pero no necesitan nada, se sienten lindas, completas, pero están en busca del equilibrio, saben que no tienen que demostrarle nada a nadie, menos al mundo, basta con que sus almas estén tranquilas y sus palabras vayan de la mano de sus acciones. Quizás aún se recuerden, pero el objetivo de cruzarse se había cumplido, ambas se rescataron y aunque caminen solas encontraron lo más importante, descubrieron que se tienen a ellas mismas.
Nunca supo si era ninfa o humana, pero era distinta...


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